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26/07/2016
Causa "La Perla"
En las primeras semanas de agosto se conocerá la sentencia, tras un proceso de cuatro años.

rdoba.- "Escuchar la sentencia será el final de un proceso; será devolverle la dignidad a mi hija." Sonia Torres habla de Silvina Parodi. También de su yerno Daniel Orozco y de su nieto, al que ya lleva 40 años buscando, que nació en cautiverio el 14 de junio de 1976. "Siempre creo que estoy en falta con ella; cuando encuentre a mi nieto y lo abrace, ella sonreirá desde donde esté", agrega.

La sentencia a la que se refiere la presidenta de la delegación cordobesa de Abuelas de Plaza de Mayo es la que dictará el Tribunal Federal N° 1 en las primeras semanas de agosto, en el capítulo final del último de los grandes juicios por crímenes de lesa humanidad en la Argentina. La "megacausa" de La Perla es la más importante después del proceso contra las juntas militares durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Para el fiscal Federico Trota está acreditado que el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército Luciano Benjamín Menéndez fue el autor mediato de la sustracción del nieto de Torres. En marzo pasado ella escuchó los alegatos con el gobernador Juan Schiaretti al lado, ambos muy emocionados.

El juicio comenzó el 4 de diciembre de 2012 y lo de "mega" se debe a que acumuló 21 expedientes con 45 imputados y 716 víctimas, de las cuales 279 están desaparecidas. En 71 casos de asesinatos fueron recuperados e identificados los restos. En el arranque los imputados eran 57, pero diez murieron y otro fue apartado en el proceso. A lo largo de las 255 audiencias pasaron 581 testigos.

Los fiscales pidieron un total de 34 cadenas perpetuas y penas de entre 10 y 20 años para los acusados por los delitos de privación ilegítima de la libertad, privación agravada, tormentos agravados, tormentos seguidos de muerte, robo calificado, secuestro, violación agravada, homicidio calificado y sustracción de un menor, el nieto de Sonia Torres.

Los hechos juzgados se produjeron en La Perla (el principal centro de detención clandestino de la provincia, también llamado "la universidad), el Campo la Rivera, el Departamento de Informaciones de la Policía D2, en el centro de la ciudad, y en un establecimiento en Unquillo.

Además de Menéndez -al que los fiscales consideran autor mediato probado de 670 casos de privación ilegítima de la libertad, 655 de tormentos y 331 homicidios, entre otros delitos de lesa humanidad-, hay otros ex miembros de las fuerzas de seguridad militares y policiales.

La primera en declarar frente a los acusados fue Marité Sánchez, ex presa política y abogada de Abuelas. Contó su historia con Soledad, su hija nacida en cautiverio, escuchándola en el público.

"Fue revivir una época negra, terrorífica, con ciertos costados que hacen a la vida cotidiana y que eran de temor, de no saber si al otro día vivías -describe-. Fue verlo y sentirlo, poder percibir el miedo y la destrucción que provocó el terrorismo de Estado y cómo continúa ese daño. Personas que parecían fuertes declaraban y lloraban con la edad que tenían en esos años."

A Soledad la criaron los padres de Sánchez; la pudo ver recién cuando la trasladaron a Devoto: "Como la mayoría de nuestros hijos, fue un barrilete capeando el temporal".

Última etapa

Desde hoy tendrán la palabra los imputados. Las organizaciones de derechos humanos hace tiempo que vienen organizando una movilización a los tribunales federales para el día en el que se lea la sentencia.

Para el fiscal Trotta, la megacausa permitió demostrar con "datos objetivos" que en Córdoba "el plan sistemático comenzó mucho antes del golpe". Está convencido de que el proceso colaboró para "analizar el funcionamiento macabro y metódico de los diferentes campos de concentración" que existieron en la provincia y cómo era la dinámica de la desaparición, la tortura y el exterminio.

Silvina Parodi parió a su hijo el 14 de junio de 1976 en la maternidad nacional. Dos días después su hijo desapareció. La mujer fue secuestrada, junto con su pareja, cuando estaba de seis meses y medio. Ambos fueron trasladados a La Perla, donde se los torturó. Después del parto, llevaron a Parodi al Buen Pastor y de allí la trasladaron hasta el lugar donde la asesinaron.

"Estoy convencida de que voy a encontrar a mi nieto -insiste Torres-, tengo confianza de que así será. Ni un día dejé de buscarlo." Sánchez, abogada y amiga, señala que aceptó trabajar con Abuelas cuando nadie quería hacerlo porque pensó que su hija también podría haber sido apropiada por los represores: "Me parecía imposible aceptar -relató- que mi hija pudiera haber ido a parar con quienes tanto daño me habían hecho". 

 

Nota extraída de: http://www.lanacion.com.ar/1921784-el-ultimo-gran-juicio-por-crimenes-de-lesa-humanidad-cerca-del-final