Veinte cuadras separan al estadio de River Plate y el predio de la ex ESMA. En 1978, en la cancha se disputó la final del Mundial que ganó la Argentina. En la ESMA, funcionaba uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más grandes que implementó la última dictadura cívico militar.
A 40 años de la Copa Mundial de Fútbol que se realizó en Argentina en 1978, desde el Espacio Memoria y Derechos Humanos invitamos a un Recorrido Histórico especial que permita problematizar los vínculos entre la propaganda sostenida por la dictadura cívico-militar, el cerco informativo, los festejos populares y la resistencia frente al terrorismo de Estado.
Bajo el título “Dos veces junio: A 40 años del Mundial 78”, las visitas se realizarán entre el 28 de mayo y el 10 de junio, de martes a domingo, a las 13 hs. El punto de encuentro es la Sala de Recepción del Espacio Memoria (Avenida del Libertador 8151, Ciudad de Buenos Aires). No requiere reserva previa.
“Dos veces junio” es el título de una novela del escritor argentino Martín Kohan. Allí escribe: “La voz traspasaba la puerta como si la puerta no existiera. De este lado de la puerta estaba yo. La voz traspasaba la puerta para contarme las cosas que pasaban.”
En junio de 1978, un hervidero de gente empieza a poblar los estadios del país para presenciar los partidos del Mundial de Fútbol que se jugaría en la Argentina, un evento que la Junta Militar que ocupaba el gobierno promocionará y convertirá en una pieza más del aparato propagandístico que justificó y ocultó la sistemática violación de los Derechos Humanos.
Cuando Videla pedía “a Dios, nuestro señor” que el Mundial fuera “realmente una contribución para afirmar la paz, esa paz que todos deseamos para todo el mundo y para todos los hombres del mundo”, los secuestros, las torturas y las desapariciones forzadas se multiplicaban en todo el país, a través del funcionamiento de más de 700 Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio, principales dispositivos para la implantación del Terrorismo de Estado.
Esos crímenes eran denunciados desde el exterior por organismos internacionales, por familiares de víctimas y grupos de exiliados en comités de boicot al Mundial, que se multiplicaron en distintos países.
En junio de 1978, ante el fervor popular que el fútbol desparramaba y la súbita presencia de grandes masas en las calles antes militarizadas y silenciadas, cientos de mujeres y hombres que buscaban a sus familiares desaparecidos, enfrentando la dictadura, pudieron realizar sus denuncias ante la prensa internacional que había acudido a cubrir el evento deportivo.
Nota extraída de: http://www.espaciomemoria.ar/noticia.php?not_ID=1138&barra=noticias&titulo=noticia