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Biblioteca de la memoria
NOTICIAS
01/03/2018
Gerelli, Mirta Teresa.
Militantes del peronismo revolucionario uno por uno.

“Irma”. “Petisa”. “Petisa María”. “La Peti”. “Mirta Giardino”. Nació el 26 de junio de 1950 en la ciudad de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Vivía en Florencia Varela, provincia de Buenos Aires y allí hizo su primaria y secundaria. Por sus notas fue abanderada. Su hermana Mirian la recuerda: “Mirta hacía análisis desmesurados. Yo creo que una de las cosas era la superación continua de todo lo que hiciera. A los 18 años se le declaró una epilepsia y la superó, por ejemplo. Cuando le decían que no a algo, siempre preguntaba ¿por qué no? ‘¿Por qué no puedo salir? ¿Dáme un argumento?’. Por ahí se iba frustrada a llorar a su cama y yo me acuerdo de estar sentada con ella y decirle ‘por qué no hacés como yo, que le digo que sí a mamá y después le encuentro la vuelta y hago lo que quiero’; y ella me decía ‘yo no puedo porque es injusto y a mí me hierve la sangre’. Siempre era así. Por eso hablaba de su desmesura. Si había que estudiar, estudiaba a full… todo así. En la militancia también”. Era maestra de grado y enseñaba música al haber estudiado piano. En La Plata, en la Facultad de Bellas Artes, estudiaba pintura mural y era docente de plástica. Durante estos estudios es que empieza a militar en el peronismo y se suma a Montoneros. Separada con dos hijas, forma pareja con Carlos Esteban “Chamaco” Rodríguez (ver su registro). Mirta fue secuestrada el 26 de febrero de 1977 en Bernal, provincia de Buenos Aires, a la edad de 26 años. Fue vista en el CCD “Pozo de Quilmes” antes de su asesinato y también en el CCD “Pozo de Banfield”. María Celeste Gerelli, una de sus dos hijas, la recordó así: “Yo me siento orgullosa de mamá. Me parece increíble que una persona pudiera jugarse tanto, yo no lo haría. Me pongo a pensar que se jugaban la vida por un ideal y por todos (…) Ellos sabían lo que querían. De hecho mi hija de 10 años tuvo que hacer un trabajo para la escuela y ahí cuenta que su abuela militaba y que está desaparecida, con orgullo”. 

 

Nota redactada por Alejandro Angel Salvagno Olmedo.