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NOTICIAS
21/10/2016
Postulan a la ex ESMA como Patrimonio de la Humanidad por el Nunca Más.
Los sitios tienen la protección de la UNESCO. Actualmente sólo hay cinco en todo el mundo.

El Directorio de Organismos de Derechos Humanos presentó hoy la postulación de la ex ESMA a integrar el conjunto de sitios declarados “Patrimonio de la Humanidad por el Nunca Más” bajo la protección de la UNESCO. 

La candidatura busca establecer como “parte del patrimonio histórico y mundial del Nunca Más” al lugar que hoy es uno de los símbolos del genocidio de este país, pero también de la lucha contra la impunidad. Los organismos pidieron el compromiso de toda la sociedad con el objetivo de “garantizar su legado a las futuras generaciones”.

Participaron la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto; el integrante de la Asociación Buena Memoria y del Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Espacio Memoria, Daniel Tarnopolsky; el presidente del Archivo Nacional de la Memoria y representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en el Espacio Memoria, Gustavo Peters Castro; la directora del Sitio de Memoria ESMA, Alejandra Naftal; y diversos representantes de organismos de Derechos Humanos.

Centro clandestino de detención, tortura y exterminio entre 1976 y 1983, la ESMA es uno de los símbolos del autoritarismo y la represión criminal coordinada por las dictaduras de América latina en los años setenta bajo lo que las Fuerzas Armadas denominaron Plan Cóndor.

Allí, el 24 de marzo de 2004, como consecuencia de la lucha del movimiento de derechos humanos y de la decisión de los gobiernos de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, el pueblo argentino recuperó el predio donde funcionaba la ESMA. Se creó el Espacio Memoria y Derechos Humanos con el objetivo de preservar esta historia en la memoria colectiva del mundo, y de custodiar el símbolo más representativo y paradigmático del terrorismo de Estado. 

La ESMA fue parte fundamental de la maquinaria represiva que instauró la última dictadura cívico-militar en la Argentina. En el ex Casino de Oficiales, la Armada secuestró, torturó y despareció a más de 5000 hombres y mujeres. Las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron, el plan sistemático de robo de niños nacidos en cautiverio y el exterminio de prisioneros arrojados vivos al mar en los denominados “vuelos de la muerte”, convierten al edificio en un símbolo del genocidio que tuvo lugar en la Argentina. Es una prueba flagrante del terrorismo de Estado que ejerció una violencia criminal extrema sobre la sociedad en su conjunto.

Ese edificio, donde hoy está ubicado el Sitio de Memoria ESMA, es un testimonio material y físico de las violaciones a los derechos humanos y funciona como denuncia, prueba y evidencia de los actos de terrorismo perpetrados. Es símbolo de ese pasado gracias a la voz de los sobrevivientes y a los reclamos y la lucha incansable de los Organismos de Derechos Humanos.

El CCDTyE fue el centro más emblemático de Sudamérica por su dimensión edilicia, por su ubicación en pleno tejido urbano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la convivencia de los marinos con los detenidos desaparecidos y por sus peculiaridades concentracionarias de reclusión y de exterminio. Su función hizo desbordar sus propias fronteras políticas y geográficas convirtiéndose en un patrimonio de valor excepcional universal. Aquí, en la ESMA, se cometió un crimen contra la humanidad.

La existencia material y espacial del predio de la ex ESMA representa una denuncia viva y una evidencia de la dictadura. El edificio, sus espacios y circulaciones, evidencian la maquinaria planeada y ejecutada por los genocidas: el circuito de interrogatorio bajo tortura, cautiverio y traslado; el trabajo forzado; el saqueo de bienes robados a los detenidos desaparecidos; el plan sistemático de robo de niños nacidos en cautiverio.

Actualmente se conservan marcas y vestigios del paso por el sitio de los detenidos-desaparecidos y presenta las condiciones de inalterabilidad necesarias para continuar con los estudios que puedan permitir el acceso a nuevas evidencias judiciales y como fuente documental para la reconstrucción histórica de los hechos acontecidos. Esto resulta fundamental en el contexto del pacto de silencio establecido por los genocidas.

 

LA LUCHA POR LA PRESERVACIÓN

El testimonio y el trabajo de los sobrevivientes del plan sistemático de desaparición de personas de la última dictadura argentina y de los organismos de derechos humanos han convertido a la Argentina en un referente internacional y ha producido innovadoras prácticas con importantísimos avances en el campo de la memoria, la consolidación de la democracia y los derechos universales. La experiencia argentina permitió impulsar la figura de la "desaparición forzada de personas" como crimen internacional.

Con la recuperación de la democracia en la Argentina, el movimiento de derechos humanos debió luchar contra las políticas de impunidad. En el caso del predio de la ESMA, en 1998, durante la presidencia de Carlos Menem, se intentó construir un monumento para la "reconciliación nacional" que implicaba la transformación de todo el espacio y particularmente la demolición del edificio del Casino de Oficiales. Esa acción fue impedida por la presentación ante la Justicia de un amparo interpuesto por Laura Bonaparte, miembro de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, y Graciela Lois, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. 

La justicia federal entendió, entonces, a la ESMA como patrimonio cultural de la Nación, "un testimonio de verdad y una prueba judicial sobre el horroroso y vergonzante pasado de nuestro país. Un legado de memoria para las generaciones futuras y una herramienta histórica del Nunca Más".

Esa perspectiva fue consolidada con el convenio firmado entre el Poder Ejecutivo Nacional y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el 24 de marzo de 2004, que dispuso la creación del “Espacio para la Memoria y la Promoción y defensa de los Derechos Humanos”. 

En agosto de 2008 la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos declaró al predio de la ex ESMA como Lugar Histórico Nacional y al ex Casino de Oficiales Monumento Histórico Nacional, ambos por decretos del 19 de agosto de 2008. 

Los límites del bien protegido son claros y quedan definidos para el edificio por el polígono formado por las calles Pico, La Cachila, Muratore y San Martín con frente hacia Av. del Libertador. Para el predio y restantes edificios de la ex ESMA por las direcciones Av. del Libertador N° 8151, 8209, 8305, 8401, 8461. De modo que el Edificio del ex Casino de Oficiales, como parte inseparable del sistema, queda contenido y protegido dentro del Área de Amortiguación inmediato, conformada por el predio de la ex ESMA. Asimismo, las vecinas Escuelas de Artes y Oficios Raggio, junto con las Avenidas Del Liberador, Lugones y Comodoro Rivadavia, constituyen el marco sobre el que se inscribe el conjunto en relación con la Ciudad, representando su Área de Amortiguación a escala urbana.

En mayo de este año, la ex ESMA también fue señalizada con el Escudo Azul de Naciones Unidas, que otorga una protección especial a aquellos bienes que jerárquicamente representan una identidad y una historia en común. Fue creada por medio de la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, conocida comúnmente como “la Convención de La Haya”, un tratado internacional que surge en 1954 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como respuesta y reacción de la comunidad mundial frente a la destrucción del patrimonio cultural durante la Segunda Guerra Mundial.

 

LOS PATRIMONIOS DEL NUNCA MÁS

Hasta el momento la UNESCO ha inscripto en su lista un grupo de cinco sitios de Patrimonio del Nunca Más: Auschwitz-Birkenau (Polonia), campo de concentración y exterminio del nazismo; el Memorial de la Paz de Hiroshima (Japón); la Isla de Gorée (Senegal); Robben Island (Sudáfrica); y el Barrio del Puente Viejo en el centro histórico de Mostar (Bosnia y Herzegovina).

Como la ESMA, estos sitios son íconos del sufrimiento y resistencia de personas que han atravesado el dolor, la tortura y la muerte. Hoy son patrimonio mundial. Evidencian la barbarie de los hombres contra los hombres y la voluntad del espíritu humano de resistir colectivamente oscuros capítulos de la humanidad. Evidencian la capacidad de recordar. Sin recuerdo no hay posibilidad efectiva de convertir la memoria en historia.

En Latinoamérica, con pocas décadas de democracia, es imprescindible fomentar la comunicación de la memoria como legado colectivo. La memoria como intensa política de Estado se vuelve fundamental como antídoto frente a amenazas de impunidad y olvido.

En el caso del CCDTyE de la ESMA, lo tangible (edificio), lo intangible (lucha del movimiento de derechos humanos) y el acto de inscribir la historia donde sucedieron los hechos (Museo de Sitio) posibilitan la elaboración de una memoria colectiva desde una voz institucional. Esta voz, resuena hoy en nuestra sociedad con potencia y convicción. Garantizar para generaciones futuras este legado requiere del compromiso del mundo.

Conservar los lugares donde fueron asesinadas millones de víctimas obedece a un doble propósito: rendirles un homenaje permanente y al mismo tiempo recordar ese capítulo oscuro de la historia de la humanidad para afirmar “Nunca más” a la repetición de los crímenes. Son sitios que hablan de la necesidad de “renovar la manera en que protegemos y compartimos el patrimonio, para difundir una narrativa en contra de la propaganda del odio, e insistir en el poder de la cultura para ayudar a recuperación de los pueblos”, como explica la directora general de Unesco, Irina Bokova. 

Nota extraída de: http://www.espaciomemoria.ar/noticia.php?not_ID=887&barra=noticias&titulo=noticia