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NOTICIAS
19/10/2016
Fuimos como una semilla para otras mujeres que reclaman hoy por sus Derechos.
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora repasaron su historia en un ciclo de charlas sobre los organismos de Derechos Humanos.

En el marco del ciclo “Los organismos de derechos humanos cuentan su historia”, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Enriqueta Maroni e Ilda Micucci, hicieron memoria del camino de lucha transitado en estas cuatro décadas. 

“El acompañamiento entre todas las Madres ha sido fundamental en estos años. Pese a las diferencias a todas nos une el mismo dolor y eso nos hizo fuertes. Me han acompañado siempre mis otras hijas, mis 10 nietos y hoy mis bisnietos y eso me ayudó a salir adelante. Lo que nos pasó a todos es terrible. Igualmente no me gusta mirar a nuestros hijos como héroes, eran gente común que deseaba un país mejor, por eso eran solidarios y por eso luchaban”, señaló Enriqueta Maroni.

Ilda Micucci, por su parte, reflexionó: “Nosotras somos quienes somos por todo lo que nos pasó. Así se forjó nuestra personalidad y nuestro carácter. La lucha sigue existiendo y el desafío está en poder reflexionar sobre lo que sucedió. Nuestra sociedad no puede ser igual después del terrorismo de Estado, no podemos meter eso debajo de la alfombra. Debemos recordar, conocer, investigar, para evitar volver a una época a la que no queremos regresar”. En esa línea, señaló que si bien sienten satisfacción de todo lo que lograron, aún falta mucho por hacer y hay que seguir avanzando “para que todos los responsables del terrorismo de Estado sean juzgados por lo que hicieron”.

En relación a las primeras marchas, Ilda contó que se incorporó a Madres en agosto de 1977. “Eran tiempos en los que estaba prohibido estar agrupados en la calle y por esa razón tuvimos que comenzar a marchar”, dijo. Enriqueta recordó que fue Angélica “Chela” Sosa –otra de las Madres y esposa de Emilio Mignone- quien le aconsejó sobre lo que tenía que hacer y la invitó a ir a la Plaza de Mayo. “Ahí conocí a muchas mujeres en mi misma situación”, explicó. 

La desaparición de tres Madres, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce, en diciembre de 1977 fue un duro golpe. Ilda relató que “nosotras como Madres no teníamos mucho dinero y estábamos recolectando fondos para nuestras solicitadas. Uno de los lugares donde lo hacíamos con ese fin era la Iglesia de Santa Cruz. Hacía tiempo se había acercado a Madres un joven que decía estar buscando a su hermano, que al tiempo nos enteramos que era Alfredo Astiz, del Grupo de Tareas de la ESMA, y que tenía el fin de infiltrarse en Madres. Así fue que el 10 de diciembre entraron a la Iglesia de la Santa Cruz donde secuestraron varias Madres y a las monjas francesas. A Azucena la detuvieron a la salida de su casa, cuando había ido a comprar el diario para ver si había salido nuestra solicitada. Azucena era una verdadera líder, tenía todas las características de una dirigente y era reconocida por eso. Mi hijo fue secuestrado junto con el hijo de ella”. 

Con respecto a la adopción del pañuelo blanco como símbolo de las Madres, Enriqueta analizó que “el pañuelo es una paradoja, es la ausencia y es la presencia de nuestros hijos. El ausente está en el pañuelo y es el que nos da identidad. Yo lo llevo con orgullo”. También planteó que la idea del pañuelo-pañal remite a que, como madres, se ocupaban de sus hijos desaparecidos “como los que más nos necesitaban, o sea como niños pequeños de los que había que ocuparse más”. 

¿Qué aprendieron las Madres de las otras Madres, de participar en un organismo colectivo? “Por supuesto, la importancia de hacer lo que hicimos de manera grupal, porque entre todas nos sostuvimos y nos sostenemos. El haber podido compartir nuestro dolor. La fuerza grupal es por supuesto mayor que la individual”, señaló Ilda. A su lado, Enriqueta recomendó: “Lo individual no tiene efecto, la lucha tienen que ser colectiva. A nosotras nos unen nuestros hijos y nuestros hijos son la memoria. Nuestra vida cotidiana es la búsqueda, por qué no sabíamos donde estaban y hoy también lo es porque no sabemos que hicieron con ellos y donde están sus cuerpos. Por eso la importancia de la verdad y de la construcción de la memoria”.

Ante los intentos por restablecer la “teoría de los dos demonios”, el rebrote del negacionismo o la lentitud en el juzgamiento de la pata civil del terrorismo de Estado, Ilda reconoció que “los tiempos actuales son complejos y nada fáciles. Con respecto a los civiles, no existen las mejores condiciones para avanzar. Pero hay que seguir luchando para que los juicios en curso lleguen a su fin y todos los responsables de delitos de lesa humanidad tengan su condena”. Enriqueta coincidió: “los juicios deben continuar, porque el camino de la justicia se hace indispensable. Hoy se requiere mucha pero mucha conciencia. Y es importante resaltar que luego de lo que sucedió con la dictadura, aquí no hubo ni un atisbo de justicia por mano propia”. También resaltó la importancia del Equipo Argentino de Antropología Forense: “Gracias a ellos se permitió encontrar los cuerpos de muchos de nuestros desaparecidos. Igualmente para mi es algo muy contradictorio, pues no se qué haría si me encontrara con el resto de sus huesos. No puedo ni siquiera imaginarme esa situación”.

Ante las preguntas del público, Ilda reconoció: “Vemos el momento actual con cierta preocupación. Por ejemplo. observamos como se está criminalizando la pobreza; que nuevamente se fomenta la discriminación. También nos preocupan las propuestas para que las FFAA intervengan en los asuntos interiores de la Nación con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico. Es un momento donde se exige prestar mucha atención”.

Finalmente, con respecto al Paro Nacional de Mujeres y la Marcha contra los femicidios del que se realizara mañana, Ilda sostuvo: “Éramos mujeres que nos hacíamos visibles luchando por saber qué había pasado con nuestros hijos. Nuestra acción fue básicamente femenina, con una modalidad femenina, con paciencia, paso a paso y de a poco. Hoy pienso que quizás fuimos como una semilla, un ejemplo para muchas otras mujeres que reclaman hoy por sus derechos. Nosotras nos sumamos a esos movimientos de las mujeres, como Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora”. 

Nota extraída de: http://www.espaciomemoria.ar/noticia.php?not_ID=886&barra=noticias&titulo=noticia